¿Qué distingue a aquel que ha creído en Cristo del resto de las personas? Esta pregunta cobra importancia cuando nos damos cuenta que en nuestra sociedad quienes sobresalen como buenos ciudadanos, activistas sociales, artistas, escritores, pensadores, deportistas, científicos, etc., no necesariamente han nacido de nuevo en Cristo. También es cierto que no todos los verdaderos creyentes en Cristo necesariamente destacan en las áreas donde se desenvuelven.
Así que a través de esta carta encontraremos lo que Dios verdaderamente espera formar en nosotros a fin de que él sea glorificado y nosotros edificados.
Esto nos llevará a entender nuestra necesidad de madurar como creyentes en Cristo, lo cual no ocurre de manera automática, pues requiere diligencia de nuestra parte. Y más aún al entender que estamos sujetos al trato constante de Dios en nuestras vidas, manifestando nuestros defectos para que seamos perfeccionados.
Una de las cosas más comunes que se llega a escuchar respecto de la Iglesia, es la decepción de quienes esperaban que sus miembros fueran “más maduros,” “más perfectos”, “más amorosos” etc. Y con esto le comparan con otros grupos y religiones que aparentan ser más organizados y agradables, y con menos conflictos internos.
Pero nosotros agradecemos grandemente que Dios haya levantado la Iglesia de Corinto con todos sus defectos e inmadurez. Para que por medio de ella aprendamos lo que él espera de su Iglesia y como enderezar el rumbo cuando nos hemos desviado.
La Iglesia no es perfecta aún, es cierto. Pero si la iglesia piensa como Cristo, entonces será la luz y la sal de la tierra, afectando a la sociedad.
Sin embargo no estará pensando como Cristo mientras crea que el ser humano es la respuesta para una sociedad mejor, ya sean los gobernantes, los políticos, los ciudadanos distinguidos, etc. Así la sociedad no será salada ni alumbrada, Cristo no será compartido a otros, y el Padre no será glorificado.
Así que Dios nos habla a través esta carta para que la mente de Cristo se establezca como nuestra forma de pensar. Esto es lo que estudiaremos a través de este curso.
- Profesor: Seminario "Juan Calvino"